MISION EDUCATIVA
En el ámbito de la educación escolar, tal como es hoy, la educación física no puede ofrecer ningún "espacio libre". Tiene que cumplir tareas específicas en él. Las esbozaremos con el fin de obtener un punto de partida para la problemática didáctica.
Una de las primeras tareas de la educación física, no la más importante pero sí la más citada, es la educación de y para la salud. Ella ha sido el argumento decisivo para la introducción de los ejercicios físicos en la escuela durante el siglo XIX. Esta tarea, que no constituye ningún motivo para la juventud pero determina la acción del educador, reviste hoy una mayor urgencia frente a las amenazas de la vida moderna. Aún hoy, y nuevamente hoy, la educación física en la escuela ha de posibilitar el desarrollo sano del ser joven, estimular una vida sana y echar las bases de una "conciencia higiénica".
Como toda asignatura, la educación física tiene una misión funcional específica. Se vale del movimiento como medio, y debe desarrollar la capacidad de movimiento, economizar y cultivar dicho movimiento. Esa misión específica puede definirse como educación del movimiento.
Luego, la educación física ha de satisfacer la necesidad de rendimiento del joven, ofrecer un campo de acción a su deseo de destacarse, conservar su optimismo con respecto al rendimiento, afianzar su voluntad de rendir y conducirlo a sus propias performances óptimas. Esta misión puede considerarse como educación para el rendimiento.
El movimiento sirve no solamente para sobrevivir en el mundo circundante, es además un instrumento de expresión, aún anterior a la palabra hablada y escrita. Por eso, otra tarea de la educación física consiste en brindar al joven el movimiento como medio de expresión y en capacitarlo para comunicarse mediante él. El desenvolvimiento del placer de expresarse y la ejercitación de la capacidad de hacerlo en forma y color, palabra y tono, así como en el movimiento, pertenecen al ámbito estético de la educación, y tendremos que definir esta misión de la educación física como educación estética, aunque este concepto ya no satisface hoy en día.
Una tarea que hoy se cita muchas veces es la educación por y para el juego, misión sui generis que significa la educación para el juego bien concebido como una actividad elemental en un modo de ser particular, circunscrito como actitud lúdicra, oplaying attitude.
Por último, se pone de relieve hoy la educación para el ocio. La educación física debe motivar al joven para la actividad deportiva de tal suerte que esa motivación sobreviva aún después de la escuela. Debe crear las premisas para la posterior dedicación a los deportes desarrollando las cualidades motrices básicas de fuerza, velocidad, resistencia y agilidad, creando y ejercitando los modelos fundamentales de las técnicas deportivas.
Así, la multifacética misión educativa de la "educación física" puede caracterizarse como educación para la salud, educación del movimiento, educación para el rendimiento, educación para el juego, educación estética y educación para el ocio, sin que la secuencia signifique jerarquía. La educación del movimiento y para el juego le incumbe a ella únicamente, mientras que la educación para la salud, para el rendimiento, la educación estética y la educación para el ocio, pertenece, además, a campo de acción de otras áreas escolares.
Una de las primeras tareas de la educación física, no la más importante pero sí la más citada, es la educación de y para la salud. Ella ha sido el argumento decisivo para la introducción de los ejercicios físicos en la escuela durante el siglo XIX. Esta tarea, que no constituye ningún motivo para la juventud pero determina la acción del educador, reviste hoy una mayor urgencia frente a las amenazas de la vida moderna. Aún hoy, y nuevamente hoy, la educación física en la escuela ha de posibilitar el desarrollo sano del ser joven, estimular una vida sana y echar las bases de una "conciencia higiénica".
Como toda asignatura, la educación física tiene una misión funcional específica. Se vale del movimiento como medio, y debe desarrollar la capacidad de movimiento, economizar y cultivar dicho movimiento. Esa misión específica puede definirse como educación del movimiento.
Luego, la educación física ha de satisfacer la necesidad de rendimiento del joven, ofrecer un campo de acción a su deseo de destacarse, conservar su optimismo con respecto al rendimiento, afianzar su voluntad de rendir y conducirlo a sus propias performances óptimas. Esta misión puede considerarse como educación para el rendimiento.
El movimiento sirve no solamente para sobrevivir en el mundo circundante, es además un instrumento de expresión, aún anterior a la palabra hablada y escrita. Por eso, otra tarea de la educación física consiste en brindar al joven el movimiento como medio de expresión y en capacitarlo para comunicarse mediante él. El desenvolvimiento del placer de expresarse y la ejercitación de la capacidad de hacerlo en forma y color, palabra y tono, así como en el movimiento, pertenecen al ámbito estético de la educación, y tendremos que definir esta misión de la educación física como educación estética, aunque este concepto ya no satisface hoy en día.
Una tarea que hoy se cita muchas veces es la educación por y para el juego, misión sui generis que significa la educación para el juego bien concebido como una actividad elemental en un modo de ser particular, circunscrito como actitud lúdicra, oplaying attitude.
Por último, se pone de relieve hoy la educación para el ocio. La educación física debe motivar al joven para la actividad deportiva de tal suerte que esa motivación sobreviva aún después de la escuela. Debe crear las premisas para la posterior dedicación a los deportes desarrollando las cualidades motrices básicas de fuerza, velocidad, resistencia y agilidad, creando y ejercitando los modelos fundamentales de las técnicas deportivas.
Así, la multifacética misión educativa de la "educación física" puede caracterizarse como educación para la salud, educación del movimiento, educación para el rendimiento, educación para el juego, educación estética y educación para el ocio, sin que la secuencia signifique jerarquía. La educación del movimiento y para el juego le incumbe a ella únicamente, mientras que la educación para la salud, para el rendimiento, la educación estética y la educación para el ocio, pertenece, además, a campo de acción de otras áreas escolares.